Dr. Javier
Portales
El Dr. Javier Portales ha dedicado sus últimos 30 años al desarrollo de la medicina cardiovascular en Extremadura. Tiene una amplia experiencia en el conocimiento del corazón y del sistema circulatorio, así como en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura (1998)
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de sobresaliente “Cum Laude”
Especialista en cardiología (2000) y acreditado por la Sociedad Española de Cardiología en Hemodinámica y Cardiología intervencionista.
Posgraduado en electrofisiología clínica y ablación, completado con el desarrollo del Magister en Electrofisiología Clínica y Ablación en la Universidad Complutense de Madrid
Desde la inauguración de la cardiología intervencionista en Cáceres en 2001, ha dirigido y desarrollado el crecimiento tanto en el Hospital «San Pedro de Alcántara» como en el reciente reformado Hospital Parque «San Francisco».
Desde 2007, director del Laboratorio de Hemodinámica del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres y director Médico de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología intervencionista en el Hospital Parque «San Francisco»
Dr. Javier Portales
Primeros años en Extremadura
Nací en octubre de 1970 en Badajoz, con mi padre médico anestesista y mi madre volcada en los cuatro hermanos, estudié en los Salesianos de Badajoz y tras la selectividad, me incorporé a la XVI promoción de la Facultad de Medicina de Extremadura.
Durante la carrera estuve, gracias a una beca para los expedientes destacados, en el Hospital general de Viena (Allgemeine Krankenhaus (AKH) der Stadt Wien) donde pasé un verano, con compañeros de otras facultades, en el departamento de cardiología. En esta estancia me di cuenta de que la medicina cardiovascular estaba avanzando a pasos agigantados y con la cirugía cardiaca me parecían los campos más interesantes.
En aquella época el MIR era un obstáculo muy importante, con un acceso muy limitado a la formación especializada (4000 plazas para más de 20000 aspirantes) por lo que tanto mi hermano, un curso superior, como yo, nos fijamos como objetivo aprobar esa oposición de manera brillante.
En Julio del año 94 acabé la carrera en Badajoz, consiguiendo con mi compañera Blanca Fuentes el premio extraordinario fin de carrera, marchando días después a Oviedo para preparar el examen MIR en su academia y que se celebraría el primer Sábado de Octubre de ese mismo año.
Tras un esfuerzo intenso y con un método que ya practicaba durante los últimos años de la facultad, aprobé el examen con el número de orden 5, con lo que todas las opciones de formación se abrían a mi elección.
Por aquella época, por un tema médico serio que felizmente se resolvió bien, tuve que ir a Madrid con mi madre y descubrí Hospitales de Madrid que me recordaron a mi estancia en Viena. Por entonces, la medicina cardiovascular en Extremadura estaba bastante más atrás que en el resto de España y gran parte de los pacientes que necesitaban un cateterismo o una cirugía cardiaca eran derivados a estos hospitales.
Mi formación en Madrid
El hospital más codiciado por los aspirantes MIR de Cardiología de España estaba en Madrid, con un servicio de Cardiología dirigido por el Dr Delcán que había puesto en cada una de sus líneas a jefes jóvenes, formados en el extranjero y que representaban la vanguardia de la cardiología en España. Esto, unido a unos medios de los que carecían el resto de hospitales, me animó a escoger esta opción con la ilusión de volverme a mi tierra y desarrollar la medicina cardiovascular.
En enero del año 95 inicié la residencia en el Hospital “Gregorio Marañon” con otros dos compañeros excelentes, la Dra. Esther Pérez David (N 1 MIR) y el Dr Juan Ramon Rey (N 6 MIR) uno de los periodos más fructíferos de mi vida, en los que desarrolle lazos con el hospital en un ambiente de inmersión en la cardiología y en pleno desarrollo de la especialidad.
Tras el examen MIR y agradecido a la Academia Mir Asturias, me puse a su disposición para ayudar a otros alumnos, incorporándome a su plantilla de profesores, inicialmente como asesor y revisor para posteriormente como profesor de Cardiología. Este puesto lo mantuve hasta el 2011, cuando por falta de tiempo decidí que habia llegado el momento del relevo.
En el año 2000 acabé mi especialidad de Cardiología, diplomándome también en métodos de investigación y estadística por la Universidad de Barcelona. Solicité una formación extracurricular en una de las subespecialidades que por entonces no había en Extremadura: Electrofisiología Cardiaca y terapéutica de las arritmias con catéter.
Tuve la suerte de que pude incorporarme de manera inmediata en la sección dirigida por el Dr Almendral, nuevamente con la ilusión de poder desarrollar la especialidad en Extremadura. En ese año se cedieron las competencias de Sanidad a las comunidades no transferidas, lo cual suponía un reto y una oportunidad.
En este periodo, becado con un proyecto premiado por la Sociedad Española de Cardiología, pude aprender la especialidad complementado con un Máster en electrofisiología clínica y ablación, de la Universidad Complutense de Madrid y dirigida por mis jefes del Hospital.
Además de las líneas de investigación propias del servicio a las que me fui incorporando en mis rotaciones, pude desarrollar mi propia linea de investigación sobre el papel de los nuevos marcadores bioquímicos cardiacos en urgencias, para el desarrollo de unidades de dolor torácico. Esta línea me dio satisfacciones, con conclusiones publicadas en revistas y congresos para finalmente, dado lo compacto de su Desarrollo, acabar en una tesis doctoral leída en el año 2002 en la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de Sobresaliente cum Laude.
El retorno a Extremadura y el inicio de la Cardiología Intervencionista en Cáceres
Llego por fin el momento de volver a Extremadura, para entonces, ya estaba casado con mi novia de “toda la vida” también Médico y extremeña y con un hijo nacido en el año 2000. La situación no era sencilla, porque las especialidades no estaban desarrolladas y los medios que necesitaba para ejercer las subespecialidades no estaban disponibles.
En ese momento se abrió una sala de hemodinámica concertada en la clínica Virgen de Guadalupe de Cáceres. Esta sala estaba dirigida por el Dr Valdesuso con el Dr Fernando Pajín y Ricardo Fernández, que ejercían en otra clínica en Albacete y que se turnaban por semanas. En mayo del año 2001 me incorporé a una subespecialidad que no era en la que me habia formado de manera específica, pero aproveché la oportunidad de volverme a Extremadura.
Tras la adquisición de las competencias, fui siendo cada vez más autónomo hasta el punto de liderar la sala de hemodinámica un año después, certificando mi competencia en la Sociedad Española de Cardiología. El equipo entonces lo formábamos al final el Dr Carreras el Dr Romani y yo mismo, que era el miembro permanente, mientras que mis dos compañeros trabajaban también en Albacete.
La sala fue adquiriendo cada vez más volumen, atendiendo a la zona de Mérida y las urgencias. Fuimos pioneros en el uso de la via radial para el abordaje de los cateterismos y realizábamos más de 500 intervenciones terapéuticas anuales.
La formación era continua destinando parte de las vacaciones para completar la formación con estancias en Washington, Londres y Berlín.
La consejería de Sanidad, liderada en aquellos momentos por el Dr. Guillermo Fdez. Vara, que siempre estuvo pendiente de mi evolución, decidió que ese servicio debía incorporarse a la cartera de servicios del Hospital de Cáceres.
En el año 2004, se me encargó desde la consejería la asesoría para la instalación y puesta en marcha de la unidad de Cardiología Intervencionista del Hospital de Cáceres. Era una tarea que involucró la compra de equipos de alta tecnología y finalmente en diciembre del año 2005 arrancamos la sala con el mismo personal que estaba trabajando en la clínica Virgen de Guadalupe de Cáceres y bajo mi liderazgo.
Mi biografía no se entiende sin la colaboración con el CCMI “Jesus Usón”, una de las instituciones más prestigiosas de Extremadura. No solo me ha servido para formarme yo en técnicas avanzadas, sino que me ha permitido liderar una serie de cursos donde se enseñan técnicas complejas de todas las subespecialidades de la cardiología intervencionista.
Como colaborador, he tratado de facilitar la llegada de grupos potentes de investigación para el desarrollo de patentes y colaboro de manera regular con los proyectos de innovación del centro.
El inicio de la arritmología en Extremadura
Una vez iniciada la actividad de hemodinámica y con los recursos de la nueva sala decidí, con el apoyo de la dirección, poner en marcha la unidad de arritmias, que por aquel entonces no existía en toda la comunidad. En agosto de 2006 y acompañado por mi compañero de residencia que trabaja en Salamanca, Dr Javier Jiménez Candil, realizamos la primera ablación cardiaca en Extremadura en dos pacientes con taquicardias resistentes a medicación.
Ya desde el primer momento sabíamos que una primera sala de hemodinámica se quedaría corta y apoyados por esos primeros años en los que era urgente converger con el resto de España, se adquirió la segunda sala de hemodinámica, más dedicada a los procedimientos de arritmias con la implantación de dispositivos complejos como los desfibriladores y resincronizadores en el año 2009.
La irrupción de la cardiología intervencionista supuso una revolución dentro del Hospital, con la aparición de guardias presenciales de cardiología, alertas de hemodinámica para atender al infarto agudo, acreditación para tener residentes etc etc.
El nacimiento de la Sala de Hemodinámica “San Francisco”
La sala de hemodinámica de la Clínica Virgen de Guadalupe, al quedarse sin el concierto para atender pacientes del SES fue considerada no viable por la empresa y se desmanteló.
Animado por el Sr D Enrique Pont, gerente de la clínica San Francisco de Cáceres y con su apoyo, el de los cardiólogos de Extremadura y las compañías de seguros me lancé a la aventura de un proyecto personal, compatible con mi actividad en el SES, que evitara las derivaciones de los pacientes a Madrid, de los pacientes asegurados de la región.
En mayo del año 2008 se inició la actividad en la Clínica Quirúrgica Cacereña con una amplia cartera de servicio que incluia la cardiología intervencionista y radiología vascular, la electrofisiología cardiaca y el implante de dispositivos.
La actividad ha ido creciendo de manera progresiva tal como ha ido creciendo el número de asegurados en la región, dando servicio y buscando la excelencia. Recibimos pacientes de Extremadura, pero también de diferentes áreas limítrofes como Toledo Salamanca y Portugal.
La sala de Cardiología intervencionista de la Clínica San Francisco fue creciendo en todas sus áreas con resultados más que satisfactorios, incorporando profesionales de distintas ramas y apoyando tanto a Cardiología, Nefrología, Neurología, Cirugía Vascular y Medicina Interna.
La pandemia llegó en 2020 y pusimos todos nuestros equipos a disposición de nuestros pacientes y adquirimos nuevos para poder ayudar a la demanda imparable que se preveía. Al final el confinamiento y finalmente la vacunación masiva ayudaron a que la situación no tensionara el sistema aún más, pero nos sirvió para darnos cuenta de que teníamos que tener los mejores medios posibles para atender a la población sin tenerse que desplazar a otras comunidades.
Hospitales Parque y la renovación de equipos
A pesar de que no se había llegado al fin de la vida útil decidí cambiar los equipos, comprando un angiógrafo de última generación Philips, nuevos equipos de ECO GE con sondas transesofágicas e incluyendo ultraportátiles para ponerlos a disposición de la Sanidad Privada, ampliando la oferta que teníamos.
La adquisición de la Clínica San Francisco por parte del grupo Hospitalario Parque, nos sitúa dentro de la orbita actual de grupos Hospitalarios grandes, con sinergias entre ellos y dentro de los cuales el crecimiento se hace con criterios de eficiencia y seguridad.
La cardiología intervencionista sigue como toda la medicina, una evolución imparable alcanzando a dar solución a cada vez más pacientes. Nuestro objetivo sigue siendo crecer en tecnología y medios para poder dar la mejor de las atenciones posibles.
El equipo se mantiene estable desde la Fundación con profesionales médicos y enfermeros cualificados y estables, residentes en Cáceres, que son capaces de atender con criterios de excelencia las patologías de nuestra cartera de servicios.